Escena de Up Disney (imagen) |
Todo el mundo en algún momento de su vida sufre la pérdida de un ser querido. Es algo doloroso, por lo que nadie quiere pasar, pero que desgraciadamente forma parte de la vida.
Antes de nada, tengo que decir que simplemente hablaré desde mi experiencia, que no tiene que coincidir con la tuya, la cual no sustituye en ningún momento a una ayuda profesional.
Empezaré recordando que CADA PERSONA ES DIFERENTE Y SU DUELO TAMBIÉN. Con ello quiero decir que aunque las fases del duelo sean comunes y muchos sentimientos también, nuestra manera de experimentarlo y de superarlo es única y personal.
Lo primero que recomendaría es leer el libro "Sobre el duelo y el dolor" de Elisabeth Kübler-Ross, del cual hablaré en una próxima entrada.
Es posible que si tu ser querido estuviera ya enfermo hayas experimentado un duelo anticipatorio, similar al duelo posterior, que en muchos casos ayuda a asimilar mejor lo que vendrá detrás. Este duelo no sustituye al duelo de la pérdida, pero lo hace más llevadero.
Experimentarás todas y cada una de las etapas, quieras tú o no, y mi experiencia me ha demostrado que lo mejor es simplemente dejarse llevar. Es decir, si sientes dolor no te reprimas, no te encierres ni guardes tu dolor, llora hasta cansarte. Y si al día siguiente lo necesitas de nuevo repítelo porque pasará más rápido si no te reprimes e intentas controlar esos sentimientos.
Escucha a tu cuerpo, porque es posible que las ganas de comer desaparezcan, no tengas ganas de hablar o simplemente quieras estar en cama. Siempre y cuando esto no se vea en conflicto con responsabilidades de día a día escucha a tu cuerpo, porque él te dirá lo que necesitas en cada momento. Es posible que las personas de tu alrededor no te entiendan, te digan que comas, o que hagas X o Y, pero si tú no tienes ganas no te fuerces a hacerlo. Tu cuerpo te dirá cuando estás preparada y las ganas volverán.
Visualiza a esa persona para despedirte (Imagen de Up) |
Recuerda que el duelo generalmente dura un año. Lo normal es que las primeras semanas estés mal y vayas mejorando poco a poco. Puede haber días mejores y días peores, sobre todo al principio, pero no es normal quedarse meses estancado en el dolor insoportable. Es un proceso necesario para reorganizar nuestros sentimientos, relaciones sociales y cogniciones, y como tal no ha de ser permanente. No obstante puedes ir mejorando y de vez en cuando sentir tristeza. Eso es totalmente normal, es parte del proceso.
Si no te sientes capaz, si sientes que todo se viene abajo y ni leyendo el libro, ni con el apoyo de tus seres queridos, ni el paso del tiempo eres capaz de avanzar o de ver una pizca de esperanza en el futuro, te recomiendo buscar ayuda profesional psicológica. Puede ser el apoyo que necesites en este duro camino.
Espero que esto le sirva a alguien como me sirvió a mí en su día. Y si es así, puedes compartirlo con aquellos que creas que lo necesitan.
Espero que esto le sirva a alguien como me sirvió a mí en su día. Y si es así, puedes compartirlo con aquellos que creas que lo necesitan.
Uf, una entrada valiente, porque hablar de estas cosas cuesta, o al menos a mí. Supongo que como todos, es algo que llevo muy mal, y lamentablemente ha habido bastantes pérdidas en mi vida, supongo que es algo que va con la edad, pero me costó mucho aceptar algunas, sobre todo por la temprana edad de quienes se marcharon. Lo de la despedida me parece importante, mucho. Un abrazo.
ResponderEliminarCreo que nunca se llevará bien, por muchas pérdidas que hayas tenido cada una es diferente por la relación con ese ser. Aunque sí es cierto que hay algunas pérdidas que cuesta más aceptarlas.
EliminarMe daba cosa hablar de ello porque es algo tan personal... Y hay casos, que yo no puedo llegar a imaginar el sufrimiento, en los que esto no valdrá para nada, pero creo que siempre se puede sacar algo de las experiencias de otros y quería dejar la mía por si le valiera a alguien.
Al igual que a tí, la despedida me parece tremendamente importante, y creo que es de lo que más nos olvidamos en esos momentos.
Gracias por tu comentario Esther. Un beso.